¿Por qué las fotografías?

Para recordar los distintos lugares donde he vivido, partiendo desde mi niñez tranquila en Puerto Aysén, la cual continuó en Quellón, un pequeño pueblo de la isla grande de Chiloé. Mi época de adolescente la pasé en Concepción, aquí sólo estuve tres años, sin embargo fueron los que más recuerdo, seguramente por la edad llena de cambios sustanciales, como comprender que el mundo era más grande de lo que imaginaba, que aparte de “el gorro de lana” existía el “grunge”, o simplemente entender que jugar a los pistoleros había quedado atrás, era hora de cruzar ese interminable puente con mi camisa escocesa (la que usa Camilo por estos días) en busca de aquella niña.

Termine la media en Puerto Montt, también tengo buenos recuerdos, harto carrete, amigos, polola, y cosas así, lo malo es que derivaron en un desorden e ideas poco claras sobre mi futuro. Así llegué a estudiar a Temuco, lugar donde me encuentro por estos días, ya cerca de terminar mi carrera.

¿Cuál será el próximo lugar?

Por ahora pienso y reflexiono, sobre toda la gente que he conocido, los que siempre me han acompañado, los amigos que he dejado, y los lugares a los que no he vuelto.

Aguante gente, que están todos a bordo del Rosenrot...

La gran familia...

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